“María, la mujer humilde, que venía de la periferia de su país… nos enseña a vivir en este mundo con los ojos en el cielo, a trabajar para que ese cielo de justicia, de amor, de fraternidad, sea una realidad ya en nuestra tierra”, se lee en el mensaje.
Ante Ella se ponen los sufrimientos de emigrantes, ancianos, enfermos, pobres… “la humanidad herida, doliente, pero que camina; humanidad caída pero que se alza y camina; humanidad que conoce el sufrimiento y la lucha pero que no se rinde porque ama intensamente”.
María en su fiesta de la Asunción nos recuerda que nuestra meta es la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte.
“Que María, que acompañó a la primera comunidad, nos ayude a ser testigos de hermandad en cada rincón del mundo y a cuidar la vida, acogiendo a cada hermano.”, concluye el mensaje que se difunde en italiano, español, francés e inglés.
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