SANTA SEDE

El Papa Francisco autorizó el 20 de febrero la promulgación del decreto de la Congregación para las Causas de los Santos en el que se reconocen las virtudes heroicas de Elisa Giambelluca, un paso previo a su beatificación.

En audiencia con el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro, el Papa sancionó ocho decretos y entre ellos el que reconoce “las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Elisa Giambelluca, fiel laica, miembro de la Institución Teresiana; nacida el 30 de abril de 1941 en Isnello (Italia) y fallecida en Roma (Italia) el 5 de julio de 1986”.

Celebramos este paso importante en el proceso de Elisa en el reconocimiento eclesial de su santidad de vida, una alegría especialmente compartida en la diócesis de Cefalú, Sur de Italia, a la que pertenece su ciudad natal, Isnello, y donde fue iniciado este proceso de beatificación por iniciativa popular en marzo de 2009. Allí reposan sus restos en una capilla parroquial (en la foto).capilla elisa isnello

Felicitaciones

Giuseppe Marciante, obispo de Cefalú ha escrito el 20 de febrero: “Expreso mi gratitud al Señor por haber suscitado en medio del Pueblo Santo de Dios de la Diócesis de Cefalú este signo de santidad. Desde hoy Elisa Giambelluca es venerable”. Monseñor Marciante felicita a la comunidad de Isnello, a la Institución Teresiana, a la Asociación “Amici di Elisa Giambelluca” y a la postuladora de la Causa, Mª Encarnación González Rodríguez.

En el anuncio de la Congregación se destacan de Elisa su fe, vivida intensamente desde muy joven; la virtud de la esperanza testimoniada incluso en los momentos dolorosos de su enfermedad; su atracción por el amor a Dios que se manifestaba en el amor a sus familiares, al prójimo, a sus alumnos y colegas. “Como mujer de cultura y enseñante, ejercitó todo tipo de caridad, en fidelidad al carisma de San Pedro Poveda”. Leer el anuncio de la Congregación aquí (en italiano).

Sencillez y entrega

Elisa Giambelluca pertenece a este grupo de personas, los “santos de la puerta de al lado” (Francisco, Gaudete et exultate), que han vivido una vida sencilla pero entregada a los otros porque son hermanos, porque son hijos de un mismo padre, que es Dios.

Quienes conocieron a Elisa manifiestan que “Transmitía coherencia, verdad, bondad, afabilidad, cariño, presencia de Dios. Hablaba con sencillez de su experiencia de fe, de su vida espiritual, de sus afectos, de su salud”.

Vivió en plenitud su vocación bautismal al servicio de los jóvenes, desde el campo educativo y es testimonio auténtico de una extraordinaria unión con Cristo en la vida de cada día vivida en la alegría y entrega de sí. Aceptó con fe y serenidad, sabiéndose partícipe del misterio pascual, la dolorosa enfermedad causa de su muerte a los 45 años.

 

 IT Italia.

 

 

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