FORO
El buentrato, una manera de ser en relación, es el lema de convocatoria al foro online, organizado por la Comisión Asesora Internacional de la Institución Teresiana para el seguimiento de la Política de Protección de la infancia, adolescencia y personas vulnerables (CAI) celebrado a finales de septiembre.
Participaron en la cita virtual unas ciento cincuenta personas, un buen grupo de América y Europa y algunas de África y Asia. Maite Uribe, directora general de la Institución Teresiana, y varios miembros del Consejo de gobierno estuvieron presentes.
Promover la cultura del buentrato
Carmen Serrano, coordinadora de la CAI, abrió el encuentro con unas palabras en las que recordaba que “la propuesta de este foro es promover una cultura del buentrato en los diferentes ámbitos de nuestra vida, que permita el pleno desarrollo de la persona, porque estamos convencidos de que cualquier tipo de maltrato, violencia o abuso no es justificable y vulnera la dignidad y el goce pleno de los derechos de la persona”.
A continuación, Maite Uribe aludió a la elaboración de la Política de Protección de la infancia, adolescencia y personas vulnerables de la Institución Teresiana y a la constitución de la CAI. Ambas acciones surgen tras la petición del Dicasterio de la Santa Sede para los Laicos, Familia y Vida, dirigida hace tres años a las asociaciones eclesiales internacionales, instándolas a desarrollar protocolos de protección de las personas menores de edad o vulnerables. En sus palabras agradeció el aporte cualificado y la generosidad de los miembros de la CAI, en la elaboración y seguimiento de la política, que busca fortalecer la cultura del buentrato y favorecer entornos seguros y protectores.
Maite recordó cómo la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de los cuidados para el sostenimiento de la vida humana y, a la vez, ha originado circunstancias, como el confinamiento, que agravan las situaciones de maltrato y el sufrimiento de las víctimas. Alentaba a seguir contribuyendo a una cultura de buentrato: “Como asociación debemos y queremos implicarnos en un tema con incidencia directa y dolorosa en la vida de tantas personas, familias y organizaciones, asumiendo consciente y eficazmente, nuestra responsabilidad institucional y, sobre todo, colaborando en la creación de condiciones que favorezcan el buentrato, viviendo el estilo relacional inspirado en el humanismo verdad que nos legó san Pedro Poveda y que, a lo largo de los más de cien años de nuestra historia, ha caracterizado la vida de nuestras familias, grupos, centros, proyectos y equipos”. Terminó su intervención recordando las cuatro actitudes a las que invita en su carta del año La sabiduría de la bondad: “ternura en los gestos, mansedumbre en la mirada, amabilidad en las palabras, compasión en los juicios”.
Siete fueron las perspectivas abordadas de forma breve por las personas de la CAI, a través de un video que adjuntamos. Sus aportaciones surgen de la experiencia y reflexión en su práctica profesional y personal.
- Hijos e hijas del cuidado. Cecilia Petit. Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Psicóloga.
- La voz de niños, niñas y adolescentes cuenta. Juan Alonso Cózar Olmo. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada (España). Médico pediatra.
- Acompañar los cambios en la adolescencia. Charisse Marie Raagas. Licenciada en Ciencias de la Enfermería por la Universidad Xavier, Cagayan de Oro City (Filipinas). Enfermera y orientadora escolar.
- Parentalidad positiva. Carme Tello i Casany. Doctora en psicología por la Facultad de Medicina de la Universidad de Lleida (España). Psicóloga clínica.
- La persona en el centro del sistema. Laura Vaccaro. Licenciada en derecho y graduada en jurisprudencia por la Universidad de Palermo (Italia). Fiscal jefe del Tribunal de Menores de edad.
- Líderes sanos para una Iglesia sanadora. Febe Aguirre. Maestría en Orientación y Asesoramiento, Universidad de Filipinas (Quezon City, Filipinas). Directora espiritual y miembro de equipo clínico (Ontario) Canadá.
- Un camino de reparación y protección en la Iglesia. Karlijn Demasure. Doctora en Teología por la KUL, Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Teóloga.
Trabajo en grupos
Distribuidos en diez grupos, los participantes intercambiaron sobre temas surgidos de las buenas prácticas y reflexiones presentadas. El carácter internacional de los grupos enriqueció el intercambio que, a juicio de quienes participaron, hubiera merecido más tiempo. Cada grupo aportó un reto en el plenario. Las diferentes personas de la CAI se hicieron eco de ellos, agradeciendo la pertinencia de las reflexiones. Algunas de las ideas expresadas fueron:
- Para promover el buentrato hemos de incorporarlo al propio estilo de vida.
- Importancia de la formación en la familia, la escuela, la comunidad… para detectar, prevenir, proteger, abordar, intervenir, denunciar… situaciones de maltrato y abuso. Una formación que no es sólo intelectual sino también vivencial.
- Favorecer espacios donde niños, niñas, adolescentes y jóvenes sean empoderados, se expresen, aprendan a gestionar sus sentimientos y a defender sus derechos. Niños y niñas son muchas veces parte de la solución y agentes de cambio.
- Saber escuchar y acompañar experiencias de sufrimiento, con actitud respetuosa y seria… Para ello es necesario haber hecho un proceso personal.
- Actuar desde el lugar de las víctimas. Cuidar también a las víctimas secundarias. El maltrato tiene una dimensión comunitaria.
- Acompañar y fortalecer la tarea educativa de las madres y los padres. Generar alianzas con organizaciones sociales, políticas y eclesiales que trabajen en esta línea. La educación es una herramienta potente para favorecer la cultura del buentrato y las relaciones sin abusos de poder.
En la dinámica final, las palabras más repetidas fueron: compromiso, agradecimiento y esperanza. Queda el deseo, expresado en las evaluaciones, de seguir profundizando en los temas esbozados en el foro, para dar un paso más en la promoción del buentrato y de las condiciones que posibilitan una vida plena, sobre todo para aquellas personas cuyos derechos son más vulnerados.
Comisión de buentrato.
