El Centro Bana Ya Poveda, de Kinshasa sigue dando pasos importantes en la integración de los niños y jóvenes de la calle que son acogidos para recibir formación y abrirse a un futuro mejor.
El día a día del centro está lleno de actividad y en muchas de ellas intervienen el juego y los deportes, como el fútbol o el baloncesto, que crean lazos y fomentan la convivencia. Hay un grupito que practica karate, que les enseña normas, disciplina, compromiso, autoevaluación…
El aula de informática que se abre a otros jóvenes del barrio, sigue siendo un reclamo. Hay otras actividades, como la celebración de la jornada internacional del niño de la calle, sobre la sensibilización a los derechos del niño, que también compartieron con otros centros en abril.
Como actividad cultural, además de dibujos y pintura, realizaron una visita al Museo Nacional de RD Congo, en el Centro de Kinshasa. Los niños y jóvenes participaron activamente del recorrido escuchando atentamente a la guía del Museo.
Ver los frutos
Algunas actividades tienen la ventaja de poder producir algo tangible y en algunos casos vendible, como el taller de marroquinería supervisado por un antiguo miembro del proyecto que ha atraído a jóvenes del barrio muy satisfechas del producto y que hacen el marketing necesario.
En la cría de patos y en el huerto también hay ganancias. Un niño responsable de la comisión de medio ambiente del Centro ha iniciado un taller de horticultura y en el huerto, la colaboración de muchos niños y su inquietud para que las verduras crezcan bien, hará posible que puedan consumirlas toda la semana en vez de cuatro días.
Además, ahora han iniciado la experiencia de que un grupo de jóvenes se instalen en dos casas alquiladas para llevar una vida más autónoma, aunque sigan acompañados por el Centro. Estos jóvenes han terminado sus estudios profesionales, dos en carpintería, dos en ajustador soldador, uno en reparación de las motos.
Curar traumas
Por otro lado, uno de los educadores del Centro ha participado en unas jornadas de formación ofrecidas por MISEREOR, organización católica alemana, al este de la RD Congo. Se trata, sobre todo, de unos ejercicios prácticos sobre el conocimiento de su cuerpo y la curación de los traumas. Desde que volvió, niños, jóvenes y educadores están trabajando con estas técnicas y sintiendo sus efectos positivos de curación.
El Centro Bana Ya Poveda, de Kinshasa, trabaja con niños y jóvenes de la calle procurando ofrecerles formación escolar y profesional para lograr su reinserción familiar y social.
Periódicamente, integrantes del equipo del Centro: Sylvie Kabedi, Bruno Malala y Jacinthe Nkongolo Mbiya, ofrecen información sobre este proyecto que miembros de la Institución Teresiana en la RD de Congo iniciaron y continúan desarrollando con aportaciones económicas de diversas ONGs.
Info IT.