Un grupo internacional de jóvenes han celebrado en junio el Seminario sobre participación global organizado por Youth Act y EDIW en Nueva York durante el que, entre otras actividades, han visitado la sede de la ONU.
En medio de un mundo tan desgarrado por la violencia, la indiferencia, la división… brilla una luz en la ciudad de Nueva York con la llegada de un grupo internacional de jóvenes adultos procedentes de Brasil, Portugal, Chile, México, España, Estados Unidos, Italia más los que se unen de modo virtual desde Bolivia y Perú. Son jóvenes comprometidos en la tarea de ayudar a construir un mundo mejor, con sociedades más sostenibles, en sus países de origen, que participan en un seminario de Youth Act, un proyecto de EDIW (Educación para un Mundo Interdependiente), invitados a visitar y experimentar el rol de la ONU en el mundo.
Unas preguntas orientaron el trabajo de estos días:
- ¿Es la ONU un icono de valores democráticos hoy?
- ¿Es septiembre de 2011 un reto a la diversidad?
- ¿Tiene la sociedad civil una voz en el proceso de decisión a nivel global?
- Inmigración, inclusión y participación… ¿es posible?
Brahim Lehib Mohamed de España, dice: “Desde un comienzo se sentía la conexión entre nosotros, quizá porque todos compartimos los mismos objetivos, el mismo espíritu: nuestro deseo de contribuir a hacer de este mundo un lugar mejor para todos… aun en medio de nuestra diversidad de origen, etnias, creencias…”.
Naciones Unidas
El primer día del Seminario estaba dedicado a conocer la ONU. Pasamos todo el dia en la Sede de la ONU, empezando con una reflexión de un ex Secretario General de la ONU, Dag Hammarskjold, compartida en un espacio dedicado a la meditación. A continuación, tuvimos un recorrido muy completo en el cual se nos dio a conocer información básica sobre la ONU, su misión, su estructura organizativa, etc.
“Es impresionante saber que este es el único foro en el mundo donde los países debaten asuntos de paz y seguridad, derechos humanos y desarrollo. Sentí gran emoción y humildad, y me sentí muy honrada de poder estar en este lugar donde todos los países que conforman la ONU se reúnen”, dice Lizelle Marcial, de Chicago, EEUU.
Terminamos el día con un buen rato para procesar la información recibida, a nivel personal, en pequeños grupos y en plenario, compartiendo lo que habíamos aprendido y su significado en vistas al futuro.
Con diplomáticos
Nos reunimos con diplomáticos de México, España e Italia en sus Misiones (Embajadas) ante la ONU.
“Fue una experiencia increíble. Me sentí inspirado al conocer el trabajo que hacen estos diplomáticos” dice Eli Ampo también de Chicago.
Y Allan Bueno Magsino, de Italia, comparte esta opinión: “Gracias a las reuniones que tuvimos con los diplomáticos, entendí cuál es el rol de la ONU en nuestra sociedad, y aprendí que no podemos tener intervenciones eficaces, sin tener un diálogo continuo”.
“Si hay algo que define los tiempos en que vivimos, es la abundancia de información”, dice la Embajadora María Bassols, Representante Adjunta de la Misión Permanente de España en la ONU, acerca de lo cual Clara Medeiros, de Brasil, comenta: “La información a la que accedemos forma nuestra opinión y las decisiones que afectan a nuestra vida y la de otros. Por eso es tan importante desarrollar un pensamiento crítico y analítico, procesar la información verificando los datos, y las fuentes de información. La invitación de la Embajadora a confrontar la información falsa, me recuerda el trabajo que hicimos en Youth Act, en el cual aprendí la importancia de tener la información correcta, de analizarla cuidadosamente y transmitirla de una manera coherente y responsable”.
Inclusión
Un aspecto esencial en el tema de la participación –tema central en Youth Act– es la inclusión. Tuvimos la oportunidad de ir a Ellis Island, un centro de inspección, hoy convertido en museo de la inmigración (foto), donde entre 1892 y 1954 cerca de doce millones de inmigrantes hicieron sus trámites para entrar en los Estados Unidos. También visitamos Covenant House un centro para jóvenes sin techo y un centro universitario donde nos reunimos con jóvenes indocumentados.
“Fue un encuentro de distintas realidades, culturas, generaciones… una continua invitación a buscar los cambios necesarios para construir una sociedad más justa, sabiendo que todos estos esfuerzos –individuales y colectivos– valen la pena”, dice Andrea Sanhuenza, de Chile.
Y Laura Pulido, de Chicago, USA añade: “Disfruté la oportunidad de conocer a personas de procedencias muy diversas. Todos muy comprometidos en sus comunidades respectivas”.
“Regresamos a nuestros países empoderados y con más esperanza. Fue un momento en que se nos hizo claro que el futuro de nuestro mundo está en nuestras manos, y que es importante caminar juntos”, dice Sara Cascais, de Portugal.
Liderazgo
“El Seminario, entre otras cosas, me ayudó a darme cuenta del rol y participación de una sociedad civil organizada, para que esta lidere en los procesos de cambio en vistas al bien común. No podemos dejar todo a los gobiernos, necesitamos participar activamente… debemos promover una cultura de encuentro, abierta a la diversidad”, dice Esther Villacetín Estrada, de México.
“Si tuviera que resumirlo en una sola palabra, seria insuperable, ya que han sido días fantásticos, de muchísimo aprendizaje… hemos compartido muchas reflexiones que nos han hecho conscientes de la labor fundamental que tenemos en la sociedad. Sin ninguna duda experiencias como esta ayudan a crecer y a construir una sociedad de valores y de compromiso con los demás”, dice Alba María Rubio Rosa, de España.
Y para cerrar esta reflexión, Karina Crespo, de EEUU, señala: “Este Seminario fue una experiencia de aprendizaje que se tiene solo una vez en la vida, viviendo los procesos y procedimientos de la democracia a nivel global, intercambiando ideas, estímulo y conocimientos con mis compañeros/as. Espero poder aplicar todo lo que he aprendido a nivel local, para así influir positivamente en mi comunidad”.
Patricia Stockton y jóvenes participantes.
