Nació en Linares en 1890 y murió en Madrid en 1932. La biografía de Isabel corre paralela a la de Antonia López Arista hasta 1912. Ese año Pedro Poveda le pidió un especial apoyo para la Academia de Oviedo, iniciada el año anterior y la primera de la Obra. En la Escuela Normal Superior de esta ciudad culminó sus estudios de Magisterio iniciados en Córdoba.

Su nombre es el segundo que aparece en el primer Libro de Registro de los miembros de la Institución Teresiana. Junto a él se puede leer que perteneció a la misma “desde su fundación”.

Con su prima Antonia puso en marcha 1908 un ropero, conocido en Linares como “Cunita del Niño Jesús”. En torno a este “taller de costura” se formó un grupo de jóvenes que, con la orientación de ambas, atendía a numerosas familias necesitadas y cultivaba su fe apoyada en los escritos y pensamiento de quien sería unos años después fundador de la Institución Teresiana.

IsabelIsabel era grata y bondadosa, tenía un carácter simpático y especialmente cordial, una inteligencia despierta y estaba dotada de cualidades excepcionales. Al mismo tiempo era generosa y su disponibilidad a los requerimientos de la misión de la Obra fue en verdad proverbial.

En 1914 se trasladó desde Oviedo a Madrid recla­mada por Poveda para apoyar la fundación de la Residencia Universitaria de Madrid que en mayo de ese año iniciaba su actividad con un pequeño grupo de alumnas universitarias y de la Escuela Superior del Magisterio. También ella preparó el ingreso en este centro superior y culminó su carrera con éxito. Fue guía, hermana y maestra de aquellas universitarias y compartió la responsabilidad de la Residencia con Mariana Ruiz Vallecillo y Carmen Cuesta, como ella jóvenes comprometidas con el proyecto de Poveda.

Isabel del Castillo formó parte en 1916 del primer Consejo de la Obra Teresiana. En 1919 fue nombrada profesora de la Escuela Normal de Jaén, pero en 1922 pidió la excedencia para dedicarse totalmente al servicio de la Institución. En ese año asumió la Vice dirección de la Institución Teresiana con Josefa Segovia como Directora. Es el momento en que Pedro Poveda, Fundador, se retira del Directorio que había compartido con ambas de manera “colegiada” desde 1919.

En 1923 viajó a Roma junto con Josefa Segovia y Eulalia García Escriche para presentar la Obra ante la Santa Sede y solicitar su Aprobación. Isabel elaboró un diario que recorre todo el viaje y transmite pormenorizadamente cada acontecimiento. Este Diario es un auténtico tesoro documental.

En 1927 fue nombrada Administradora General y al año siguiente, en la primera Asamblea General de la Institución Teresiana, presentó una interesante ponencia sobre temas económicos. En esta Asamblea de 1928 fue reelegida Vicedirectora y Administradora General. Murió poco después, en 1932, dejando detrás de ella un enorme vacío ante el que Josefa Segovia se expresaba con estas palabras: "El corazón me pide urgentemente que hablemos de ella, para poder seguir hablando con ella y empezar a vivir como ella. Es de justicia recordar siempre lo que ella fue para la Obra”.

 

Colaboración AHIT

 

 

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